martes, 15 de julio de 2008

Hoy es un día perfecto ...

Perfecto para haberme quedado en casita y sin salir de mi camita. Menuda mañana de despropósitos. Primero llego a currar y mi tarjeta ¡había desaparecido! Y ahora ¿cómo ficho? Parece ser que me la había dejado en el vestuario ayer. Por suerte estaba bien custodiada por los de Seguridad. Una vez dentro, empiezo con mi tarea y de repente ¡plafff! un montón de cajas por el suelo y la mercancía desperdigada por el mismo; Mis compis que "tú hazlo como te dé la gana" pero luego venga a corregirme y darme órdenes ¡joer, si es como me dé la gana, dejadme a mi como me dé la gana! Así que discusión al canto y mal rollito. Puedo deciros que con uno no me hablé en toda la mañana salvo lo estrictamente imprescindible. Todo eso después del madrugón, que ya digo que el despertador y yo nunca haremos buenas migas, sobre todo si suena a las siete de la mañana.
Por suerte, salí a las tres, lucía el sol y parece que la cosa se ha relajado un poquillo. No ha vuelto a sucederme ninguna "desgracia".

Además, en breve me iré a tomar unos culines a ver si eso me acaba con el mal fario de hoy.

2 gotitas:

Charlie White dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo, a mí eso de madrugar tampoco lo llevo nada bien, porque cuando suena el despertador de mis compañeros de piso a las ocho de la mañana para irse a trabajar, luego me cuesta un poco coger de nuevo el sueño; porque yo, hasta las doce no soy persona, o perro, o lo que sea.

Geno dijo...

En eso nos parecemos. Las doce es una hora buenísima, jejejeje
Geno