Mis muñecas... (II)

Y ha llegado el momento de continuar con la presentación de mis muñecas. Esta de aquí es Caridad, la primera que recuerdo. No se ni cuantos años tenía cuando llegó a mi pero podría decir que llevamos juntas toda la vida. Tampoco sé si ese es su nombre real porque algo en mi mente me dice que fue bautizada así por mi abuelo.

No se puede negar que, para la edad que tiene, se conserva en perfecto estado y con su modelito original. Tampoco voy a negar que, como el resto, ha necesitado su ración de "taller de chapa, pintura y restauración". Es lo que tiene pasar unos años guardada...

Esta es Lacitos, de Jesmar, aquella muñeca a la que, por medio de un mecanismo bastante sencillo pero que a nosotras de aquella nos parecia poco menos que un milagro, sus coletas crecían y menguaban a nuestra voluntad. La mía ya no tiene sus coletas, hace años que se las cortó y es que estaban irrecuperables. De lo demás, está perfecta, no como nueva porque han pasado muchos años, pero se conserva bien. El vestido es el original. Lo que se me escapa es si traería zapatos o no... es de suponer que sí ¿no? Desconozco que ha sido de ellos.

Y mientras el resto de mis amigas se entretenían jugueteando con Nenuco y sus pompitas (¿era Nenuco en que hacia pompitas?) o Baby Mocosete y sus moquitos, como su propio nombre indica, aquí la menda observaba atentamente las evoluciones de su Patoso (de Vicma) gateando. Huelga decir que hace bastantes años que dejó de gatear el pobrecillo pero no por ello le he dejado de tener cariño. Salvo eso y que le faltan las pestañas de su ojo derecho, se ha cuidado bastante bien.