Los virus me han atacado. El resfriado se ha apoderado de mi. Después de haber esquivado los ataques de la gente tosiendo y estornudando a mi alrededor, no se como, ni de qué manera, al fin, ha podido conmigo.
Todo comenzó en el fin de semana. Mi garganta reclamaba algo y no sabía el qué. El lunes cuando me levanté noté un fuerte pinchazo al tragar y me dije : "Ya está, mi hora ha llegado" Después un fuerte ataque de tos me impedía contraatacar ¿Cómo iba a tomarme nada si no podía parar de toser? Cuando conseguí una pequeña tregua me defendí con alguno de esos sobrecillos que te recomiendan tomes al primer síntoma. Y parecía que había vencido. Pero solo era una batalla. Hoy mi pelea es contra los estornudos y esa agüilla tan incomoda que no deja de salir de mi nariz.
Todo comenzó en el fin de semana. Mi garganta reclamaba algo y no sabía el qué. El lunes cuando me levanté noté un fuerte pinchazo al tragar y me dije : "Ya está, mi hora ha llegado" Después un fuerte ataque de tos me impedía contraatacar ¿Cómo iba a tomarme nada si no podía parar de toser? Cuando conseguí una pequeña tregua me defendí con alguno de esos sobrecillos que te recomiendan tomes al primer síntoma. Y parecía que había vencido. Pero solo era una batalla. Hoy mi pelea es contra los estornudos y esa agüilla tan incomoda que no deja de salir de mi nariz.
Parece increible pero después de haber trabajado más de un mes entre frio y gente griposa, sin pillar nada; después de haber bebido del mismo vaso (cosas de la sidra) que mis amig@s pres@s de catarros de impresión y sin verme afectad@; ahora, de golpe y porrazo ¡zasss! caigo en sus redes. Hay que ser traidor. Aunque estaba claro que tarde o temprano me tenía que ocurrir, en estos tiempos nadie se libra de un resfriado como mínimo.
Hoy estoy a un pañuelo pegad@ del que espero poder divorciarme mañana.
Hoy estoy a un pañuelo pegad@ del que espero poder divorciarme mañana.
Ciao
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