Ya, ya, seguramente os estareis preguntando si, debido al frio, el sábado me quedé en casa. Pues no. Salir es una obligación como otra cualquiera ¿no? Además había quedado para cenar, cena que en principio se habia decidido sería de picoteo del de toda la vida pero los achuchones monetarios de final de mes nos hicieron cambiar a una simple parada en un MacDonalds. Por suerte, para mi al menos que el Big Mac no es mi manjar favorito, alguien tuvo la feliz idea de ir a la Corrada a degustar uno de esos maravillosos bocadillos. Cena tan barata como en la hamburgueseria pero mucho más rica (y saludable, seguro)
Después había que pasar por el Vintage (¡¡¡por cuarto sábado consecutivo!!!) por varias razones: se puede un@ sentar, queríamos gominolas de postre y, en mi caso, tenía un@ amig@ cumpleañer@ que me iba a invitar a algo y tenía que ser en el Vintage por narices. Después poca variación respecto al resto de los sábados: Lobby, Bola y Soho.
El despertar del domingo no fue tan agradable como debería, puesto que me acompañó la derrota del Sporting. Y pensar que un@ que yo me sé no salió el sábado para ir al partido el domingo (es que era a las 12 a.m.)... ¡en fin! Alguna vez tenía que llegar y mejor perder frente al Celta que frente a un equipo más modesto ¿no? (ya, ya, el que no se consuela es porque no quiere) Bueno, no importa, todavía estamos terceros. "Que no panda el cúnico", que diría el Chapulín Colorado.
Y llegamos al lunes. Durante la mañana fue todo bien porque lo de ejercer de am@ de casa quita bastante el frio pero ahora ... ¡¡brrrrr!! Pero alguna solución encontraré que no sean las labores del hogar, jejeje.
Ciao
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