Mi regreso a Extravaganzia

Hacia ya bastante tiempo que no participaba en el certamen semanal de microrrelatos de Extravaganzia pero en esta, la 20º edición, he regresado. Las palabras en esta ocasión eran metro, Nueva York y callo y esto lo que me inspiraron.

LA ESTANTERIA

¡Maldito metro de los chinos! Ya se estropeó. Si ya lo decía mi padre, lo barato sale caro. Y pensar que yo lo único que quería era medir el hueco para aquella estantería tan bonita que había visto en Ikea pero no encontré en toda la casa ni una triste regla. Así que me dirigí a “La Gran China” que está en la esquina de mi calle, un amplio local lleno de cachivaches de todo tipo que antes fue un supermercado. Fui directamente a la zona de bricolaje, sorteando como pude a todas aquellas amas de casa en busca del elemento de menaje más económico y empecé a revolver en todos aquellos cajones buscando el menor precio en la pegatina.

Aquellos estrechos pasillos parecían las transitadas calles de Nueva York en hora punta dada la cantidad de gente que por ellos circulaba. Tardé más tiempo en atravesar la tienda que lo que la compra en sí me requirió.

Y ahora, aquí estoy, sentada en el sofá, mirando el hueco que no he podido medir porque este aparato no funciona y no me deja sacar la cinta métrica. Debería bajar, quizá, y reclamar uno en buen estado pero me duele el pie derecho que es un horror desde que aquel señor, como si el establecimiento fuera suyo, pasó a mi lado pisándome el callo y ni siquiera se dignó a disculparse.

Mejor será que me vaya olvidando de la estantería…

Geno M.