Abierto toda la noche

Ambrose Bierce dijo en alguna ocasión: "Hogar: El lugar de último recurso - abierto toda la noche". Y es un hogar el que nos presenta David Trueba en su primera novela, el de los Belitre. Estos son una familia numerosa con un padre en crisis, hijos, unos afrontando la adolescencia, acomplejados, y otros problemas matrimoniales. También encontramos a Matías, el penúltimo, que arrastra consigo la cruz de una enfermedad mental bastante rara.

Y alrededor de estos una abuela que se niega a salir de la cama, un abuelo entregado a la religión con sus dos amigos testigos de Jehová, Sara que cuida de la abuela y un narrador, amigo de uno de los hijos medianos, que permanece presente a lo largo de toda la novela.

Puede que así contado y leído parezca complicada y liosa pero nada más lejos de la realidad. Simplemente se entremezclan tantas historias que es difícil de contar brevemente. Momentos tristes, raros y hasta divertidos nos introducen en la vida de esta familia que acaba de mudarse de las estrecheces de su piso a una casita bastante más amplia que la abuela acaba de heredar de una de sus amigas.