Y los sueños, cine son...

Ayer tocó tarde de cine. El Festival Internacional de Cine de Gijón está a punto de terminar y ya era hora de ir a alguna película. Para compensar la tardanza, que no es de días sino de años, me metí, entre pecho y espalda dos sesiones consecutivas.

A las 8 "Hey, hey, it's Esther Blueburger", dentro del apartado "Enfants terribles", film australiano que trata sobre Esther,una adolescente que, harta de su familia y de su colegio exclusivo con compañeras más exclusivas aún y tras conocer a Sunni, empieza a acudir al colegio de ésta haciéndose pasar por una estudiante de intercambio sueca. A partir de ahí su vida cambia totalmente y pasa de ser el último mono a ser una de las más populares tanto en el colegio de Sunni como en el suyo. Me gustó. Tiene un poco de drama y una poco de comedia ¡Vamos! que te ríes pero te puede asomar la lagrimilla en algún momento.

Como anécdota me hace gracia que, siendo "estheriana" haya ido a ver una película cuya protagonista se llama Esther y lleva coletas aunque ahí se acaban las coincidencias. No, no hay ningún Juanito que se precie.
Y a las 10:15 "Les boureux de dieu", algo así como "Las oficinas de dios", medio película, medio documental de nacionalidad francesa que nos cuenta unas cuantas historias que suceden en el ámbito de un centro de planificación familiar. A pesar de tener la apariencia, una vez que empieza su proyección, de ser un poco rollo, no puedo negar que sus dos horas y algo de duración se pasaron bastante rápido. Además me sirvió para darme cuenta de que soy capaz de ver una película en francés, idioma del cual apenas tengo conocimientos (lo típico; si, no, gracias, por favor y poco más) subtitulada en inglés y enterarme de casi todo. Apenas necesité hacer uso de los subtítulos en español.