-"Venga, hombre, que más te da" – suplicaba Miguel al Doctor Saenz – "Dame al menos una para ir tirando unos días. El farmacéutico ya no se fia de mi y ahora ¿tampoco tú? Vamos, hombre que hace años que nos conocemos"
-"Pero Miguel, hace apenas dos días que te dí dos recetas para tu medicina ¿Se puede saber que has hecho con ellas?" - replicó el doctor
-"Te lo acabo de decir, las he perdido" – respondió Miguel con cara de pena
-"Venga ya ¿de qué vas? Es la misma excusa que me has puesto las últimas cuatro veces que has venido por recetas y ya no cuela"
-"Pero es que es verdad" – Miguel ya no sabía que argumentar para convencer al doctor – "¿O que crees? ¿que me dedico a traficar?"
"No se, dímelo tú"
Mientras en la consulta del Doctor Saenz se desarrollaba este dialogo, en un recóndito lugar entre el paño y el forro de la chaqueta de Miguel, se desarrollaba este otro con unas cuantas recetas de tranquilizantes como protagonistas.
-"¿Alguna de vosotras me puede explicar que pasa ahí afuera?"
-"Pues lo de siempre: Miguel llora porque nos ha perdido y el doctor se niega a darle más"
-"Pero, no nos ha perdido, estamos aquí"
-"Vaya, tú eres nueva ¿no?"
-"Pues supongo que sí, llegué aquí hace dos días"
-"Claro, claro, de las últimas. Verás, yo te explico. Hace más o menos un par de meses que a Miguel se le hizo un agujero en el bolsillo de la chaqueta pero como es tan despistado y descuidado aún no se ha dado cuenta así que viene al médico, este le da un par de recetas que Miguel guarda en dicho bolsillo pero ¡claro! Cuando nos va a buscar no estamos y piensa que nos ha perdido"
-"Bueno, yo vine hacia aqui porque me llamasteis"
-"Claro. Yo fui la primera en llegar y me colé sin querer. Cuando llegaron las siguientes llamé su atención para que me ayudaran a salir y en lugar de eso se metieron ellas también así que después nos hemos ido reuniendo todas aquí"
-"Pero, ¿no podemos hacer nada para ayudarlo?"
-"Pues me temo que no. Al principio me planteaba buscar una solución para salir de aquí pero ahora nos hemos juntado un grupito bastante guapo y seguro que nos lo pasaremos mejor aquí que en un cajón de la farmacia atadas con una goma"
-"No si eso seguro … no se está mal aquí, solo que Miguel necesitará las pastillas que podemos conseguir"
"-No, no te creas, realmente esos tranquilizantes no le solucionan nada. Es más bien algo psicológico y además, si el doctor lo ve muy mal acabará dándole un botecito y santas pascuas"
-"Sí, sí, siempre y cuando no se le ocurra meterlo en este bolsillo"
-"Pero Miguel, hace apenas dos días que te dí dos recetas para tu medicina ¿Se puede saber que has hecho con ellas?" - replicó el doctor
-"Te lo acabo de decir, las he perdido" – respondió Miguel con cara de pena
-"Venga ya ¿de qué vas? Es la misma excusa que me has puesto las últimas cuatro veces que has venido por recetas y ya no cuela"
-"Pero es que es verdad" – Miguel ya no sabía que argumentar para convencer al doctor – "¿O que crees? ¿que me dedico a traficar?"
"No se, dímelo tú"
Mientras en la consulta del Doctor Saenz se desarrollaba este dialogo, en un recóndito lugar entre el paño y el forro de la chaqueta de Miguel, se desarrollaba este otro con unas cuantas recetas de tranquilizantes como protagonistas.
-"¿Alguna de vosotras me puede explicar que pasa ahí afuera?"
-"Pues lo de siempre: Miguel llora porque nos ha perdido y el doctor se niega a darle más"
-"Pero, no nos ha perdido, estamos aquí"
-"Vaya, tú eres nueva ¿no?"
-"Pues supongo que sí, llegué aquí hace dos días"
-"Claro, claro, de las últimas. Verás, yo te explico. Hace más o menos un par de meses que a Miguel se le hizo un agujero en el bolsillo de la chaqueta pero como es tan despistado y descuidado aún no se ha dado cuenta así que viene al médico, este le da un par de recetas que Miguel guarda en dicho bolsillo pero ¡claro! Cuando nos va a buscar no estamos y piensa que nos ha perdido"
-"Bueno, yo vine hacia aqui porque me llamasteis"
-"Claro. Yo fui la primera en llegar y me colé sin querer. Cuando llegaron las siguientes llamé su atención para que me ayudaran a salir y en lugar de eso se metieron ellas también así que después nos hemos ido reuniendo todas aquí"
-"Pero, ¿no podemos hacer nada para ayudarlo?"
-"Pues me temo que no. Al principio me planteaba buscar una solución para salir de aquí pero ahora nos hemos juntado un grupito bastante guapo y seguro que nos lo pasaremos mejor aquí que en un cajón de la farmacia atadas con una goma"
-"No si eso seguro … no se está mal aquí, solo que Miguel necesitará las pastillas que podemos conseguir"
"-No, no te creas, realmente esos tranquilizantes no le solucionan nada. Es más bien algo psicológico y además, si el doctor lo ve muy mal acabará dándole un botecito y santas pascuas"
-"Sí, sí, siempre y cuando no se le ocurra meterlo en este bolsillo"
6 gotitas:
Miguel...hijo.... rebusca en la chaqueta. No sé....hum... me recuerdas a uno que yo conozco.
Jajajajaj, seguro que sí, más de uno habrá
y mas de dos, jeje
...no lo dudo jejeje
tal vez lo del agujero en la chaqueta simbolice la dependencia que pueden crear ciertos medicamentos y cómo llega un momento en que tu cuerpo se habitúa a ellos y ya no te hacen nada... quién sabe, igual me estoy montando una historia y el relato no tiene nada que ver con eso, jajaja.
Bueno, bueno, tampoco vas muy descaminado porque algo de dependencia hay. Por otra parte, me encanta que les encontreis trasfondos a mis escritos, jejejeje
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