Es de primera, Gijón es de primera...

El domingo empezó con buenos augurios. El segundo equipo asciende a segunda B. Impaciencia esperando a que llegue el turno del primero. Por fin, pitido inicial. Nervios durante el partido, ese reloj que no avanza. El Córdoba nos da un respiro aunque la Real no tarda en empatar. Ya no nos preocupa: Bilic marca. Alegría con el primer gol y total euforia con el segundo. Luis Morán repite el tanto que dos jornadas antes nos daba la victoria.

Luego camino a Begoña, todo el mundo de rojiblanco, agua por todas partes y seguimos ruta hacia El Marqués. Pelayo ataviado con prendas sportinguistas y gente, gente por todas partes. La pantalla gigante nos anuncia que el equipo ya está en el autobús e inicia camino a nuestro encuentro. Y a la Plaza Mayor, a esperar. Y llegaron. El himmo que suena insistente, una y otra vez. Y cantamos, aplaudimos y festejamos. Dolor de garganta, de pies, de manos, de todo. Pero no nos importa. El Sporting está en primera.

El lunes continuan las celebraciones y, después de un homenaje con entrega de premios en la Universidad Laboral, otra vez al autobús descapotable a recorrer la ciudad donde todo el mundo se echa a la calle para seguir festejando. Y como fin de fiesta, unos minutos de fuegos artificiales desde el Cerro de Santa Catalina, rojiblancos, por supuesto.