jueves, 11 de junio de 2015

Relato: El día a día del hombrecillo verde

Uno de mis propósitos para el año nuevo cuando comenzó este 2015 fue volver a escribir relatos, algo que me encanta pero que había dejado bastante aparcado después de Albanta y Extravaganzia, entre otras páginas. Salvo alguna historia para el foro de Trini o el de Esther llevaba tiempo sin darle caña a esta afición que tanto me gusta. Hace un tiempo parte de los integrantes de la ya clausurada Extravaganzia abrieron Ánima Fábula y hace un par de semanas ¡por fin! me decidí a participar. El tema propuesto era "el hombrecillo verde del semáforo" y esta fue mi aportación. espero que os guste.

Como cada mañana suena atronador el timbre del despertador y el hombrecillo verde se despierta sobresaltado ¡Uf, qué sueño! Y es que los encargados de colocar las calles cada vez lo hacen más temprano. Apenas si tiene tiempo de tomarse un café que le quema la garganta y sale corriendo a la central de semáforos a la que, para no variar, llega de los últimos.
- Por los pelos – le susurra el hombrecillo rojo con el que forma pareja laboral – pensaba que llegabas tarde otra vez y te llevabas una nueva bronca.
Mientras espera el reparto de puestos suplica por lo bajo que le toque en el cruce de la Avenida Grande. Con tanto coche en una dirección y otra, si bien su turno en la palestra es bastante largo, el de descanso, cuando luce al exterior su compañero rojo, incluso le da para echar una cabezadita.
Nada que ver con la Calleja de la Flores ¡menudo trajín! Como se despiste uno un segundo ya no sabe si va o si viene. Menudo caos se podría formar si salen ambos a la vez, no se lo quiere ni imaginar. Él es consciente de la responsabilidad de su trabajo pero a veces… se aburre tanto… no es la primera vez que se queda mirando a la gente que cruza la calzada en la que está trabajando pensando hacia donde dirigirán sus pasos e imaginando qué haría él si pudiera escapar del recinto del foco del semáforo.
- A ver, tú – dijo una ronca voz que le sacó de sus ensoñaciones – que no se como te las arreglas que siempre estás en Babia, a la Avenida Grande.
- ¡Bien! – exclamó por lo bajo – seguro que hoy resulta un día muy interesante.

Geno Mesa (27/05/2015)

7 gotitas:

chema dijo...

qué bien que hayas vuelto a escribir, geno!! sí, sobre las seis de la mañana ponen las calles y se incorporan a su puesto los muñequitos de los semáforos, jeje. yo diría que el rojo trabaja más tiempo. ;)

Zelgadiss dijo...

ya te dije en su momento cuando lo leí que me había gustado, y ahora lo reitero. ;-)

Geno dijo...

Siii, Chema, por fin me lancé y este es el primero pero ¡ya voy por el tercero! jajajajja ¡Gracias! y sí, yo también creo que el rojo trabaja más :-D
Gracias, Zel ^_^

Bertha dijo...

JAJAJA mea encantado, como siempre tus relatos son geniales, besitos.

Geno dijo...

¡Gracias, Bertha! Me alegro que te guste

Gen dijo...

¡Enhorabuena por recuperar esta sana y creativa afición!¡Me ha encantado tu relato!
Bss!

Geno dijo...

Gracias, Gen. Me alegro que te guste. Espero seguir y no volver a perderla :-)