viernes, 22 de marzo de 2013

Rescatando relatos: 46 euros

Era un adolescente flacucho, desgarbado y enclenque cuando llegó al pueblo. Estuvo perdido por sus pocas calles durante unos días, hasta que Lucy, la madame del Saloon se apiadó de él y le ofreció un techo sobre su cabeza a cambio de un trabajo. Así empezó a ganarse sus primeros céntimos, con las propinas que los clientes le daban cuando vaciaba las escupiteras. Dormía, cuando todos se iban, sobre una de las mesas o encima de la barra. Día a día se fue ganando el cariño de todos los habitantes del pueblo. Hasta el barbero, famoso por su racanería, le invitaba a comer de vez en cuando si Jimmy le barría la barbería.
 
Pero, por desgracia, no todo el pueblo apreciaba a Jimmy. El banquero Rushmore lo trataba con desprecio y altanería, siempre mirándole por encima del hombro a través de su monóculo con una mueca de asco en la boca.
—Como no tengo dinero para abrir una cuenta en su banco me cree inferior a él y a la mayoría de los habitantes de Sweetwater. Pero ya le demostraré que soy tan bueno o mejor que ellos.
Y Jimmy empezó a tramar su venganza. Lo primero sería aprender a disparar un revolver y para ello se cameló al Sheriff Hickock que hacía tiempo le trataba como a un hijo. No es que entrara en sus planes utilizar un arma pero más valía prevenir. Después se dedicó a estudiar todos los movimientos del Sr. Rushmore. El golpe al Banco tenía que ser perfecto y solo podía realizarse un día, el día en que el banquero recibía su cargamento de oro proveniente de la mina. Lo guardaba allí una noche antes de trasladarlo a la ciudad. Todo el pueblo se había portado tan bien con él que no quería dejarles sin sus ahorros, solo quería el oro del banquero para que pagara de alguna forma todas las humillaciones y desprecios que le había hecho sufrir.

Por fin el día había llegado y Jimmy lo tenía todo preparado. Vio como llegaba la diligencia al pueblo escoltada por varios vaqueros y como éstos descargaban el baúl en el que transportaban el oro. Esa noche tendría que actuar.
Varios años después, con su piel curtida por el sol después de tanto tiempo escondido en las Rocosas y una barba que casi le llegaba por la cintura, Jimmy se reía observando su rostro adolescente e imberbe dibujado bajo un letrero de “Se busca” y flanqueado por la cuantía de la recompensa por su captura: cuarenta y seis euros.
 
Texto: Geno Mesa
Imagenes: sacadas de la red
 


6 gotitas:

Mercedes dijo...

Que relato más guay, niña. Me ha gustado mucho. Esa venganza del crio, fastidiando a un banquero, es algo que muchos quisieramos hacer, jajaja... Y las fotos encantadoras, me han recordado aquellas tardes de invierno jugando con mis hijos, teníamos muñecos de Play - así lo llamábamos - de todos los escenarios. Todavía los guardamos en un baul.
Genial, guapa. Un besito.

Zelgadiss dijo...

Muy original el relato, me ha encantado. Y las ilustraciones me han dejado un poco p'allá, pero molan como acompañamiento de la historia del pequeño Jimmy.

(Yo todavía tengo la mayoría de mis playmobil, una parte heredé de mi hermano mayor pero el resto los pedía yo -o ahorraba y me los compraba-)

chema dijo...

qué chulo este cuento, geno! esta vez ambientado en el oeste americano, te manejas muy bien en todos los géneros. el final es un poco enigmático... tendrá el número 46 algún significado? ;)

Geno dijo...

Gracias a ti, Merchi. La verdad es que el relato lo escribí hace tiempo pero no cabe duda que es muy actual jejeje.
Pues buscando dibujos por la red, Zelgadiss, vi estas fotos y me hizo gracia ilustrar el relato con los muñequitos. Yo tuve alguno pero supongo que se perderían en el limbo de los juguetes 8que ya es raro porque aqui se conseva casi todo jejeje)
Pues no, Chema, el único significado que tienen los 46 euros es que son el tema sobre el que había que escribir jajajja.
Gracias, me aegro que os guste XDD

Bertha dijo...

Muy chulo Geno y muy del oeste..jejeje.

Geno dijo...

Gracias Bertha ;-D