Ayer el día se presentaba de lo más normalito y asi empezó la mañana, con las mismas tareas, la misma rutina... hasta que, sentada ante el ordenador empecé a ver frases: la primera parecía un poco fuera de contexto pero podía ser de lo más normal... la segunda ya empezó a indicar que algo habia pasado... en la tercera las siglas DEP no dieron margen de error.
Manuel Preciado llegaba a Gijón con una larga carrera a sus espaldas tanto de jugador como de entrenador. Tras haber ascendido de categoría a más de un equipo como el Levante, recaló en el Sporting en la temporada 2006-2007. El conjunto gijonés iniciaba su novena campaña en segunda división y, en palabras del propio Preciado "había perdido la alegría".
No tardó mucho en devolversela: al equipo, a su afición y a la ciudad al completo. En su segundo año como técnico del Sporting él y sus jugadores devolvieron al club a Primera División, donde tiene que estar, y con ello se ganó el cariño de todo el sportinguismo aunque no solo por eso.
Desde luego, no todo fueron alegrías, también pasó malas épocas hasta el punto de que su cargo pendió de un hilo en más de una ocasión, salvado en gran parte por el apoyo de la Mareona, hasta que en enero del 2012 fue relegado de su cargo. Algún detractor tenía aunque no por caer mal, solo por la opinión de que su tiempo en el Sporting había terminado. Pero creo, sin temor a equivocarme, que la mayoría de los aficionados no estuvimos de acuerdo con esa destitución. Vale, el equipo se iba a segunda, pero mejor con él.
Manolo era un tio que se hacia querer. Simpático, humilde, valiente y con mucho caracter. La vida le habia golpeado duro en los últimos años: un cáncer se llevó a su mujer, un accidente de moto a su hijo de 15 años y otro de coche a su padre pero él seguía adelante con una gran sonrisa en la boca, hasta que ayer en un hotel de Valencia donde hacia noche para ser presentado como nuevo entrenador del Villarreal, un infarto se lo llevó.
Y ese cariño que se había ganado quedó ayer reflejado en los aledaños del Estadio de El Molinón donde montones de seguidores le rindieron homenaje con su presencia, flores rojas y blancas, camisetas, carteles, velas, banderas... También en el Sardinero, campo de su Racing de Santander se reunieron varios aficionados y el martes próximo se oficiará una misa a las seis y media de la tarde en la que fue su última casa deportiva, El Molinón.
Quizá debería haber escrito esto ayer pero a veces "deber" no es igual a "poder" y estaba tan sorprendida y triste que no fui capaz. Hoy la sorpresa ha pasado pero la tristeza, de momento sigue ahí.
6 gotitas:
Qué personaje, Preciado. Me quedé helada ayer cuando me enteré, creo que en el muro de tu prima, o el de tu hermana, porque siempre es chocante un muerte repentina pero tan joven y con esa vitalidad que se le veía. No somos nada.
Bss
Cloti
alguna vez le vi hablando en la tele y parecía un tío muy sencillo y campechano, algo de agradecer hoy en día. ayer yo también me quedé helado con la noticia...
Aqui en Santander se le quería también muchísimo. Yo no sigo mucho el futbol pero por aqui mi costillo algo me cae y siempre le vi un tipo honesto y sencillo, buena gente. DEP.
Admito que no lo conocía (así yo estoy de puesta en futbol) pero por todos los comentarios que he oído desde que se supe la notícia, deduzco que era una persona muy querida y respetada por su sencillez.
Bss!
Sí que es verdad que en Santander era un hombre muy querido entre la afición futbolera (y no tan futbolera, porque era un buen tipo, y además un paisano de "la tierruca").
Pero qué continua desgracia tenía con su famila, no? Pobre hombre...
:-(
DEP
Nunca había oido hablar de él porque no soy nada futbolera, pero esta mañana al escucharlo en las noticias y ver a toda esa gente agregada en Gijón para rendirle un homenaje y despedida no he podido evitar acordarme de tí. Lo más terrible, además de su pérdida, es la situación en que queda su hijo, con tanta desaparición trágica en estos últimos años; desde luego esa familia ha tenido muy mala suerte. Terrible de veras.
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