Y punto

Dentro de la extensa cantidad de temáticas que se barajan en el mundo literario de la narrativa de ficción, hay algunas que hacen reir a sus lectores, otras llorar e incluso en ocasiones encontramos libros que a lo largo de sus páginas nos despiertan multitud de sensaciones y sentimientos encontrados.

En el caso de "El Círculo del Punto" de Ann Hood, son más bien lágrimas lo que provoca. Las protagonistas son un grupo de mujeres que, a lo largo de su vida, han pasado por experiencias de lo más dramático y duro, de esas que nadie cree posible poder superar o cuanto menos, aprender a vivir con ello. Pero a la vez es un relato esperanzador que da pruebas de que, aunque lo de que "el tiempo todo lo cura" sea un tanto exagerado, si que ayuda a sobrellevar cualquier tipo de desgracia y más si se encuentra algo con que llenar esa especie de vacio que tan traumático trago haya podido dejar.

En el caso de Mary y compañía, encuentran ese refugio en la tienda de lanas de Alice, el "Sit and Knit", donde van superando sus dramáticas vivencias entre agujas, lanas y esquemas de tejidos. Es tejiendo como se van desahogando, forjando amistades y superando poco a poco lo que les ha sucedido y les impedía vivir con tranquilidad.

Pero este libro tiene efectos secundarios, amig@s y es que incita de una manera irremediable a tejer, bien sea a aprender a hacerlo o, como es mi caso, retomar e intentar perfeccionar un hobby que tenía olvidado de hace tiempo. Tuve la suerte de que como en esta casa no se tira nada, pude recuperar unas agujas y varias madejas de lana que estaban en un armario quien sabe desde hace cuanto y así ponerme manos a la obra.

Primero practiqué el más sencillo de los puntos, al derecho, conocido, al menos aqui, como "punto bobo":

Después empecé a combinarlo con el del revés para crear el "punto jersey":

Y ya lanzada seguí probando combinaciones de las que, de momento, voy a enseñaros el "punto elástico":

El resto (porque sí, he seguido y sigo tejiendo) serán para otro momento...