Era costumbre por San Valentín que las chicas regalaran chocolates al chico que les gustaba, a ser posible de elaboración propia. Así que allí estaba ella ataviada con el mandil materno, rodeada de ingredientes y leyendo y releyendo la receta para que todo saliese bien.
Le recordaba desde el primer día de guardería e incluso podía asegurar sin temor a equivocarse que se había enamorado de él en ese momento. Y es que con su sonrisa encantadora y su mirada ya de aquella picarona, conquistaba a todo el que se pusiese por delante. Habían compartido aula durante toda la edad escolar aunque nunca habían intercambiado ni media frase. Raro ¿no? Ella era tímida y él siempre estaba rodeado de montones de admiradoras y admiradores que tampoco propiciaban un acercamiento. Ella se sentaba siempre en primera fila y estaba tan centrada en sus estudios que apenas se relacionaba con nadie. Él siempre era el centro de atención y tenía tantos eventos sociales que por la biblioteca, segunda casa de la muchacha, se pasaba poco.
Este era el último año de bachillerato y seguramente sus caminos se separarían: diferentes carreras, diferentes universidades y puede que incluso alguno se mudase de ciudad. Por eso era o ahora o nunca. Prepararía esos chocolates y se los entregaría a pesar de que la vergüenza hiciese de esa misión algo poco menos que imposible. Eran ya demasiados años callando.
Era costumbre por San Valentín que las chicas regalaran chocolates al chico que les gustaba y él todos los años recibía un montón de cajas. Casi todas sus compañeras se esmeraban en prepararle los más ricos bombones. Salvo ella.
La recordaba desde que entró en el aula del parvulario, tan seriecita con su vestido rosa. Desde entonces siempre había estado allí, tan cerca y a la vez tan lejos. Tantos años compartiendo clase y nunca había tenido valor para hablar con ella a pesar de que con el paso del tiempo le había ido gustando cada vez más ¿Puede uno enamorarse de alguien con quien no ha cruzado ni una sola palabra? Pues sí, a él le había pasado ¿Por qué se había fijado en ella si él le era totalmente indiferente? O quizá esa fuera la razón. Mientras el resto se desvivía por llamar su atención ella apenas le miraba ¿Era esa indiferencia la que le había atraído? Quizá en un principio sí pero ahora, solo la idea de no volver a verla se le hacía inconcebible.
Y el tiempo se agotaba. Estaban en el último año de instituto y puede que nunca más se volvieran a ver. Por eso y sin saber de donde iba a sacar el valor, esta vez le pediría una cita.
Geno M.
jueves, 18 de febrero de 2010
Relato de San Valentín
Este año, como viene siendo tradición y en su ya tercera edición, se convocó en el foro de Esther el concurso de relatos para el día de los enamorados y resulta que ¡¡he ganado!! Esta fué la historia que conté:
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13 gotitas:
Tu premio ira para alla cuando regrese de españa... que no te habia dicho na...
Tranquila, niña, cuando puedas
Me ha gustado mucho. Enhorabuena!!!
He estado superliada y sin tiempo de pasar por el foro, y se me olvidó por completo lo del concurso, así que ni los leí ni pude votar. Me ha hecho mucha gracia tu relato: estáis japonizadas totalmente!!! qué bueno.
Un relato muy original. Me gusta.
Enhorabuena por el premio.
JEJEJE yo te di 3 puntitos?
Aunque todos eran muy chulos, el tuyo me gusto mas, pero ya veo por que, es que eres una artista en hacer relatos?
Un premio mas que merecido... el relato esta no bien, ni genial, es perfecto!!!
Enhorabuena guapa!!1
Gracias, Rousi!
Anele, totalmente de acuerdo en la japonización, sin darse uno cuenta, le saeln estas cosas, jajajjaja. Gracias
Gracias, Bertha y Kira, sois vosotras que me leeis con buenos ojos.
lo he releído y me ha gustado tanto o más que cuando lo leí por primera vez... qué bonito, que un chico y una chica que se gustan pero no se atrevem a hablarse, descubran que el sentimiento es mutuo. ganaste con todo merecimiento.
Hey ahora me he dado cuenta que te di 2 puntitos en vezde 3, pero todos son fantasticos?
Qué bonito relato, Geno. Me encanta que quede así un poco en el aire, porque lo esencial no es el final, sino la belleza de esos sentimientos a lo largo de los años. Aunque no es ni de lejos parecida, no he podido evitar ponerles las caras de Rei y Kenzo ;-)
Gracias, Chema!
No importa, Bertha, 2 o 3 fueron de ayuda.
Pues no habia pensado yo eso, Elphaba pero me gustan esas caras para mis protagonistas (sobre todo la de Kenzo, jejejeje)
Ohhh!!
Pues me ha gustado el relatito, y más todavía porque está "japonizado". XDDDD
Me alegro que te guste, Zelgadiss. La japonización sale aun sin pretenderlo ¡que te voy a contar que no sepas! jajajjaja
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