Mayo. Así le dijo que se llamaba la noche que la conoció en aquel bar de mala muerte en medio de la nada. Mayo. Como el mes que transcurría lentamente. Fue la única palabra que salió de sus labios mientras estuvo allí sentada.
Le gustó en el mismo momento en que la vio atravesar la puerta y dirigirse a la barra para pedir una cerveza fría. Tenía sed porque se la bebió de un trago y pidió otra que ya tomó con más calma. Parecía cansada. Por eso no dudó en invitarla a compartir su mesa. Por eso y porque sus largas piernas le habían hipnotizado irremediablemente.
Una vez la tuvo a su lado, sus ojos, su boca, su escote… todo obnubiló cada uno de sus sentidos. Quedó irremediablemente prendado de aquella belleza.
Su mirada recorría el local con nerviosismo centrándose sobre todo en la puerta ¿Qué le pasaba? ¿De qué estaría huyendo? Su mente no podía concebir que alguien pudiese querer hacer daño a aquella criatura tan hermosa. Pero estaba claro que escapaba de algo, de algo o de alguien muy peligroso.
Sus manos temblaban cuando encendió el tercer cigarrillo desde que había llegado. Quería preguntarle, que le contara su historia, saber si podía ayudarla. Pero no se atrevía. Temía que su curiosidad la hiciese salir corriendo y le dejara privado de aquella visión tan perfecta.
Tras varias cervezas y muchos pitillos más, pagó la cuenta y dándole las gracias por su amabilidad se dirigió a la puerta y abandonó el local.
Le hubiera gustado seguirla, saber a donde se dirigía pero no sabe el qué se lo impidió.
Desde aquel día, cada vez que para en algún bar de carretera no puede evitar mirar fijamente la entrada. No sabe cuando, ni donde pero está seguro de que, en algún lugar Mayo volverá a cruzarse en su camino y entonces no dejará que se aleje de su lado.
Le gustó en el mismo momento en que la vio atravesar la puerta y dirigirse a la barra para pedir una cerveza fría. Tenía sed porque se la bebió de un trago y pidió otra que ya tomó con más calma. Parecía cansada. Por eso no dudó en invitarla a compartir su mesa. Por eso y porque sus largas piernas le habían hipnotizado irremediablemente.
Una vez la tuvo a su lado, sus ojos, su boca, su escote… todo obnubiló cada uno de sus sentidos. Quedó irremediablemente prendado de aquella belleza.
Su mirada recorría el local con nerviosismo centrándose sobre todo en la puerta ¿Qué le pasaba? ¿De qué estaría huyendo? Su mente no podía concebir que alguien pudiese querer hacer daño a aquella criatura tan hermosa. Pero estaba claro que escapaba de algo, de algo o de alguien muy peligroso.
Sus manos temblaban cuando encendió el tercer cigarrillo desde que había llegado. Quería preguntarle, que le contara su historia, saber si podía ayudarla. Pero no se atrevía. Temía que su curiosidad la hiciese salir corriendo y le dejara privado de aquella visión tan perfecta.
Tras varias cervezas y muchos pitillos más, pagó la cuenta y dándole las gracias por su amabilidad se dirigió a la puerta y abandonó el local.
Le hubiera gustado seguirla, saber a donde se dirigía pero no sabe el qué se lo impidió.
Desde aquel día, cada vez que para en algún bar de carretera no puede evitar mirar fijamente la entrada. No sabe cuando, ni donde pero está seguro de que, en algún lugar Mayo volverá a cruzarse en su camino y entonces no dejará que se aleje de su lado.
Geno M.
12 gotitas:
Interesante, Geno, pero no me gusta la imagen que has buscado, como que no le pega, tu relato es más serio, nusé.
Bss
Cloti
A mi tampoco me pega mucho pero me cansé de buscar y no encontrar nada más adecuado. Si encuentro otra, la cambiaré
me he quedado pensativo. sería mejor que se hubiera saltado la barrera psicológica que le impedía seguirla? o quizá es mejor así? este relato pide a gritos una segunda parte, en la que la chica vuelva a aparecer.
muy bien escrito, geno.
Ver veremos, Chema, jejeje. Gracias!
Me imagino una estética en el estilo de la peli My blueberry nights, que te recomiendo si aun no la has visto!!
Pues toy de acuerdo con chema... segunda parte ya... me he quedado con ganas de más
Estoy de acuerdo con Chema. Una segunda parte estaría bien hummmm esperaremos impacientes...
Pues no, no la he visto, Elphaba, así que pa la lista va.
Chic@s y ¿por qué no hacemos otra cosa? Animaros vosotr@s a escribir la segunda parte, a ver como lo continua cada un@ ¿os apetece?
De adolescente siempre me enamoraba de chicos en el bus, por la calle..etc y jamás tuve arrestos para hablar con ninguno..¿no os pasaba?
Ufff, Inma, yo creo que aún me pasa, jajajjajaj
JOLIN QUE HISTORIA?
Yo aun me miro algunos chicos en el bus o metro o por la calle y si es mono, me lo miro de arriba a bajo, que anadie le amarga un dulce, creo?
Dí que sí, Bertha, que mirar es gratis y está permitido.
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