De viaje (relato)

El momento había llegado. Se fue. Metió sus cuatro cosas en la vieja bolsa de viaje, desgastada por el tiempo y por los muchos kilómetros que llevaba encima de sus correas. No pensaba despedirse de nadie, por eso aprovechaba la oscuridad de la noche. Sin calzar sus botas y con mucho sigilo, bajó por última vez aquella escalera de madera con cuidado de que sus escalones no chirriaran. Salió por la puerta de la cocina y atravesó el jardín hasta llegar a la calle, donde se calzó. En previsión, había dejado su coche aparcado dos calles más abajo. No quería despertar al resto con el ruido del motor.
Se sentó en el interior y, antes de nada, introdujo su casete de Murray Head en el reproductor y comenzó a deleitarse con las notas musicales. Respiró hondo, cada vez más tranquilo al ver cada vez más cerca su determinación. Tras ajustarse el cinturón, arrancó y, bajando la ventanilla, dejó que el frescor de la noche le acariciara la cara.
Lentamente salió del pueblo y se dirigió a la carretera principal, aquella que le llevaría a atravesar campos medio desérticos para llegar a otra civilización, otro pueblo, otro lugar en el que pasaría otra temporada hasta que la imperiosa necesidad de seguir su viaje se apoderara de él.
Geno M