Los malditos. Así los llamaban, a ellos y al lugar donde vivían en las afueras del pueblo. Cuatro casuchas que apenas se mantenían en pie pero que eran sus hogares, rodeados de basura y en condiciones infrahumanas. Allí habían pasado gran parte de su vida y no olvidaban que esos eran sus orígenes.
Pero hoy todo era diferente. Hoy ese nombre “Los Malditos” resonaría por todo el estadio cuando sus miles de fans empezasen a corearlo para que salieran a tocar de una vez.
Todo había empezado unos años atrás cuando rescataron a aquel pijo de las aguas de río. Tanto dinero y tanto lujo para luego ahogarse casi, casi en un vaso de agua. Aquel riachuelo apenas si cubría por la cintura pero el señorito perdió pie y se asustó. Cuando se dio cuenta de que aquellos harapientos le habían salvado la vida se sintió cual genio de la lámpara de Aladino y les dijo:
—En agradecimiento al gesto que habéis tenido, os concedo un deseo
Ambos se miraron fijamente y no necesitaron hablar. Desde siempre, lo que más les había gustado en el mundo era la música hasta el punto que creían que sería el camino para salir de “Los Malditos”, salvo que no tenían medios.
—Lo que más ilusión nos haría, señor, sería una guitarra.
Sí, esa sería una buena manera de empezar. Contando con ella ya se las ingeniarían para despuntar. La cabeza les bullía de ideas, letras y melodías.
—Dicho y hecho. Venid conmigo a la ciudad y podréis escoger vosotros mismos el modelo que queráis.
A partir de aquí todo fue trabajo para aprender a tocar el instrumento, desarrollar las melodías y memorizarlas a la par que huían de los habitantes del otro lado del pueblo, los más pudientes, digamos, que se divertían persiguiendo y lanzando piedras contra los apestados de ese poblado.
No fue fácil. Empezaron tocando en la calle, lejos de la gente que podía conocerlos. Tuvieron que luchar contra sus vecinos que se reían de ellos.
—Pero ¿qué esperáis? ¿Salir de aquí a golpe de cuerda de guitarra? ¡Infelices! ¡Estáis más que locos! Malditos nacisteis y malditos moriréis. Nadie criado aquí ha llegado nunca a nada.
—¡Será porque nadie lo intentó!— replicaban ellos.
Y ahora lo habían conseguido. Después de mucho caminar y visitar emisoras de radio, cadenas de televisión y discográficas la suerte les vino por donde menos lo esperaban. Una tarde de lluvia, cuando ya estaban a punto de retirarse pues apenas había gente por la calle apareció aquel personaje al que un día habían pescado en el río, aquel que les había proporcionado la guitarra. Al momento los reconoció y recogió en su gran limusina. Tras escuchar sus intentos por ser oídos y sus temas les dio el espaldarazo que necesitaban. Sus contactos hicieron el resto.
Y hoy, tras miles de copias vendidas, daban su primer concierto. Los nervios recorrían sus cuerpos y la emoción embargaba sus gargantas ¿serian capaces de cantar?
8 gotitas:
geno, este relato no lo conocía, has hecho bien en rescatarlo. ese grupo seguro que hacía música con espíritu auténticamente rockero, al haber pasado por tantas dificultades. magnífico relato.
Chica, cada vez me gustan más tus escritos.
Bssssssss
Cloti
Yo tampoco lo conocía, pero me ha gustado mucho. Geno, sigue escribiendo más cosas de estas, que se te da muy bien.
¿Todavía sigues escribiendo aquellos microrelatos en los que tenían que aparecer tres palabras?
Gracias, Chema. Es que tengo unos cuantos que no he colgado en el blog y quería ir haciéndolo poco a poco.
Gracias, guapa!!
Pues no, Shirat, aquel grupo lo dejé, me sentía ¿cómo decirlo? demasiado principiante entre tanto "experto" XDD. Gracias!
Oye Geno, pues igual hay que organizar un concurso de relatos en la blogosfera entre quienes solemos leernos. Las condiciones podrían seguir siendo utilizar tres palabras y una extensión de no más de x (lo que decidamos) y después que cada uno publique en su blog lo que se le ocurra. Me suena que en su día hubo algo parecido, y estaría bien retomarlo.
Pues no sería mala idea, Shirat, todo es ponerse a organizarlo...
Yo tampoco lo conocia, me a gustado, tu siemper nos sorprendes, tienes muy buena mano con los relatos.
Gracias, Bertha! Pues mirando, mirando me he dado cuenta que tengo unos cuantos sin publicar en el blog así que iré poniéndolos hasta que me de por escribir algo nuevo, jejeje.
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