Primer día: El palizón. Después del madrugón mañanero (sí, levantarse a las 6 de la mañana ¡es madrugar! y si alguien dice lo contrario, miente) nos enfrentamos a un viaje más largo que un día sin pan. Sabíamos que iba a ser muy pesado pero una cosa es imaginarlo y otra vivirlo. Y para colmo de males, todo el trayecto lloviendo. Pero todo tiene su fin y el viaje llegó a su destino: Portonovo, que nos recibió con un sol y una temperatura dignos de pleno mes de Julio. Una vez instaladas en el Hostal dio comienzo la primera expedición y caminando por el paseo recorrimos las playas y puertos de Portonovo y Sanxenxo, dos lugares muy bonitos y turísticos pegados uno a otro. Destacar de Sanxenxo la playa de Silgar con la estatua de la Madama en el mar en una roca a pocos metros de la orilla. En algún lugar leí que representa la belleza del mar.
Segundo día: Turisteando. Ya recuperadas del atontamiento y cansancio producto de las más de siete horas de autocar, planeamos el día y tomamos un autobús rumbo a O Grove, municipio situado en una península en Pontevedra, donde conocimos la playa de La Lanzada, su puerto y, a través de un puente, cruzamos a la isla de La Toja (sí, donde el jabón) que cuenta con la curiosa Ermita de San Sebastián que está recubierta de conchas de vieira donde la gente escribe sus nombres. Como curiosidad contaré que encontramos una que ponía "puxa Sporting".
Tercer día: Traslado. Tras aprovechar la mañana en realizar alguna que otra compra y darnos un buen banquete en el restaurante del lugar en el que nos hospedabamos, tomamos rumbo a Santiago de Compostela. Primer recorrido por el casco antiguo con las maletas a cuestas camino del hostal y, una vez instaladas, primer contacto con la Catedral y la Plaza del Obradoiro, que por muy harta que se esté de verlo por la tele, el efecto no es el mismo.
Tercer día: Traslado. Tras aprovechar la mañana en realizar alguna que otra compra y darnos un buen banquete en el restaurante del lugar en el que nos hospedabamos, tomamos rumbo a Santiago de Compostela. Primer recorrido por el casco antiguo con las maletas a cuestas camino del hostal y, una vez instaladas, primer contacto con la Catedral y la Plaza del Obradoiro, que por muy harta que se esté de verlo por la tele, el efecto no es el mismo.
Cuarto día: Santiago. La mañana comienza soleada aunque la chaqueta no sobra. Si en el ambiente nocturno la Catedral resulta impactante, a la luz del sol lo es mucho más, tanto como lo son las largas colas para acceder a su interior. Santiago bulle de actividad, lo cual no deja de chocarnos puesto que venimos de un ambiente tranquilo y solitario como era el que teníamos en las Rias, pero no tardamos en adaptarnos a la actividad.
Nos sorprendemos ya el día anterior en el lugar donde cenamos, que la piedra de las paredes está adornada de monedas y en esta mañana, mientras tomamos el vermut, un amable camarero nos explica que es tradición de los estudiantes dejar una moneda y pedir un deseo. Por supuesto que nosotras lo hacemos aunque nuestros tiempos de estudiantes ya hayan quedado muy atrás.
Quinto día: La Partida. Último desayuno, último paseo por la zona, últimas compras, última comida y rumbo a la estación de autobuses, con las maletas a cuestas y bajo un sol de justicia, que nos reafirma más en la pregunta de ¿quién dijo que en Galicia siempre llueve? Incognita también aplicable a mi tierra asturiana.
Por suerte el viaje de vuelta fue bastante más corto y se hizo mucho menos pesado y es que, llegadas a este punto, lo único que queríamos era descansar en nuestras camitas.
10 gotitas:
VIaje largo dice.... A tí te quería ver yo haciendo mis 30 horas desde que salí de mi casa hasta que llegué al país del sol naciente, entre trenes, aviones y aeropuertos XDDDD. Lo importante es que la meta lo merezca!!
Jo, pero tú seguro que paraste, hiciste trasbordos y tu culete cambió de asiento de vez en cuando. El mio fue pegado al mismo asiento durante todas las horas, salvo 15 minutos que paramos en Ribadeo. Lo mejor de todo es que me haga yo también esas 30 horas y compare. Entonces veremos, jajajjajaja
Bueno, lo de menos es la duración del viaje, lo importante es lo bien que te lo has pasado y lo que has disfrutado.
Bss
Cloti
Uy, pues en las 15 horas del trayecto Roma-Tokio.... mi culo estuvo pegado a la misma silla de tortura :S
Quejona!!! Si Galicia está ahi al lado, jajaja.
Me alegro de que lo pasaras bien. No te preocupes, que el aplanamiento de culo se te quita junto a tus amigos los jamones, jajajaja
en un viaje que hice a galicia, sangenjo fue el lugar que eligió mi padre para hospedarse, y desde allí viajábamos a diferentes lugares de galicia.
no saltó santiago de compostela, que tiene una magia especial. me encantaría volver.
me alegro de que lo pasarais bien, geno!
Sí, Cloti, la verdad es que mereció la pena.
Que sí, Elphaba, que sí, que tú ganas, para eso eres mi sempai XD.
No, RM, en ALSA no está tan cerca como parece y los jamones ná, fia, eso, al menos de momento, se acabó...
La verdad es que es todo muy bonito, Chema.
Geno, me encantó esa zona, pero yo estuve más por Ogrove y SAn Vicente de Mar, más tranquilos que el turisteo de Sanxexo y Portonovo.
Me alegro de que te lo pasaras bien, aunque yo estuve 10 dias y me supo a poco, jajajaja.
Lo de que por allí llueve es una estrategia de los hombres del tiempo para que toda la peña se vaya para el sur y el levante, cada día lo pienso más.......... (intereses creados...)
bss
Son, te puedo asegurar que en esta época el turisteo de Portonovo brilla por su ausencia. Estuvimos de lo más tranquilas. Había bastante más gente y movimiento en O Grove Me imagino que por el verano será un hervidero de gente pero ahora se estaba muy tranquilito (a veces, demasiado, jajajajja)
Hola Geno, aquí vengo a saludarte después de bastante tiempo pero no quiere decir que te haya echado en el olvido, espero que me recuerdes. te dejo un saludo cordial y un abrazo
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