Kanichi (Tamura Masakazu) es el patriarca de la familia Kanzaki formada por cinco miembros. Su mayor preocupación es que todos ellos sean felices y encuentren su lugar en la vida. Pero a la vez es un tanto cabezota, bastante estricto, protestón... digamos que las discusiones están a la orden del día en esa casa.
Está casado con Miyako (Kuroki Hitomi) una ama de casa cuya dedicación a su familia es ejemplar aunque en el fondo de su corazón no está segura de haber olvidado a su primer amor.
La hija mayor del matrimonio, Sayuri (Mizuno Miki), trabaja como maestra mientras su padre insiste en que debe casarse, todo ello antes de saber que está embarazada.
La que sí va a casarse es Suzu (Hirosue Ryoko) la hija mediana, aunque su padre, acostumbrado ya a sus cambio de parecer, no está muy seguro de que el matrimonio prospere.
Y por último, pero no por ello menos importante, el hijo pequeño, Tadashi (Junichi Okada) para el que su padre tiene planeado un futuro prometedor cuando entre en la universidad y estudie medicina para poder hacerse cargo de la clínica familiar. La cuestión es que el chico no cree que esa sea su vocación.
11 capítulos bastante divertidos con su dosis justa de drama y emoción y con unos personajes que a pesar de sus defectos se hacen querer.
¿Recomendable? Pues sí. Es de los que yo llamo "fáciles de ver", enseguida te involucras en la trama riendo y llorando con ellos.
¿Personaje? Aunque ningún miembro de la familia desmerece, me quedo, sin duda, con un secundario: Sumika (Yazawa Shin), enamorada de Tadashi, no deja de perseguirle por todas partes aunque él le deja claro que no quiere nada con ella. A pesar de todo, logrará hacerse un hueco entre los Kanzaki.
Acompañando la cabecera de cada capítulo la canción Sayonara dai suki na hito ("adiós a esa persona que tanto me gusta" y no "la gente le encanta adiós" como dice el traductor de Google ;-D) de Hana Hana.