Viernes.
Por fin llegó el viernes. Esta semana ha sido especialmente dura y se le ha
hecho más larga de lo habitual. Y no digamos aquella última tarde. Había sido
eterna.
Pero
ya está, se acabó. Ya había llegado a casa y se preparaba para el mejor momento
del día e incluso de toda la semana. Después de cinco jornadas casi contra
reloj, de duchas rápidas, prisas a todas horas, de comer de pie tenía ante sí
una tranquila hora de relajación. Era prácticamente el único descanso de verdad
que se permitía en toda la semana.
De la
bañera llena de agua caliente ya emanaba el olor a lavanda de las sales. La
música tranquila ya sonaba tenuemente. La lámpara a media luz daba el toque
final al ambiente. Solo le faltaba su copita de vino blanco a la temperatura
recomendada.
Con
todos los detalles listos, se despojo de la ropa y con ella de todas las
preocupaciones. Entró en la bañera dispuesta a dejar la mente en blanco hasta
que el frío le hiciera abandonar su refugio.
- Ay – suspiró – Viernes. Por fin llegó el viernes.
Texto y dibujo: Geno Mesa 25-02-2016